Como agentes del orden, Adam, Nathan, David, y Shane, son hombres confiados y enfocados, haciéndoles frente a los peores peligros de las calles. Sin embargo, al final del día, ninguno de ellos está realmente preparado para enfrentar el desafío de ser padres de familia. Si bien siempre dan lo mejor en el trabajo, lo "necesariamente bueno" parece ser lo único que ellos pueden alcanzar a ser como padres. Pero pronto descubren que en verdad se equivocan. Cuando la tragedia golpea su casa, estos hombres luchan internamente contra sus temores, sus esperanzas, su fe, y su paternidad. Patrullar y proteger las calles les es fácil y natural, pero ¿criar a sus hijos para que honren a Dios? Eso es ser valiente. "Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor" (Josué 24:15).